Aunque no lo parezca, el agua es el principal componente químico de su cuerpo y constituye aproximadamente el 70% de su peso corporal. Todos los sistemas del cuerpo dependen del agua. El agua regula la temperatura corporal, elimina toxinas, transporta nutrientes y oxígeno a las células y proporciona un entorno húmedo a los tejidos corporales y las articulaciones. Nuestras células contienen agua, nuestros tejidos son ricos en agua y nuestra sangre es mayoritariamente agua.
Perdemos agua constantemente. Cuando expiramos liberamos agua con cada respiración. La micción y la defecación también reducen nuestra cantidad de agua corporal. Y la transpiración es otro medio de reducción casi continua del agua del cuerpo. La pérdida de agua es un medio de desintoxicación, de eliminación de compuestos no deseados del organismo. Pero debemos reponer el agua que perdemos, o los tejidos y órganos empezarán a secarse.
Aunque beber agua, té y otras bebidas a base de agua repone el contenido de agua de nuestro cuerpo, comer alimentos hidratantes también cumplirá la misma función. Según el Instituto de Medicina, el 20% de la ingesta de agua procede de los alimentos. Muchas frutas y verduras, como la sandía, el brócoli y los tomates, contienen un 90 por ciento o más de agua en peso.
Las frutas y verduras contienen entre un 80 y un 98 por ciento de agua. Comer verduras densas como pepinos, jícama, remolacha, zanahorias o apio con una comida o tentempié es una de las formas más fáciles de mejorar tu hidratación. ¿Conoces las bandejas de crudités de las fiestas? Piensa en ellos como platos de agua.
La sandía, uno de los alimentos favoritos del verano, contiene más del 90 por ciento de agua, con escaso aporte de hidratos de carbono y fructosa procedente de la pulpa de la fruta, que tiene un valor calórico muy bajo. Con su agradable y suave sabor dulce, la sandía sacia el apetito al tiempo que aporta muy pocas calorías a la dieta.
La acelga, una verdura de hoja verde rica en nutrientes que contiene la friolera de un 97% de agua cuando se consume hervida o al vapor. La acelga es una gran fuente de hierro, vitaminas y minerales, y es un alimento bajo en calorías con importantes beneficios para la salud.
La lechuga, la verdura favorita de los estadounidenses, es ideal para consumirla fresca en ensaladas y para llenar nuestros platos de alimentos que no aumentan las calorías de la dieta. Muy baja en nutrientes y alta en agua, la lechuga aporta algo de fibra, vitaminas y minerales. Su principal virtud es que satisface la necesidad de sentirse saciado sin aportar calorías significativas.
Con un 93 por ciento de agua y abundante en el antioxidante protector licopeno, el tomate es un alimento muy versátil para añadir a cualquier plato y dar volumen sin añadir calorías ni pasar hambre mientras se pierde peso.
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