Le ofrecemos nuevas ideas para encontrar un poco de calma incluso en los momentos más agitados y espeluznantes.
1. Desayuna siempre lo mismo
La constancia tiene su mérito. Saber exactamente lo que vas a comer -y cuándo- reduce el estrés y te prepara para una mañana menos ajetreada. Además, tu estado de ánimo no determinará lo que pongas en el plato (por lo que es menos probable que te encuentres comiendo un donut glaseado). Elige un plato sano que te guste: una tortilla con verduras, copos de avena con semillas y frutos secos o yogur griego con muesli y fruta, por ejemplo. Empezarás el día con energía, además de con seguridad.
2. Saborea tu café
¿Cuánto tardaste en tomarte tu último capuchino? La próxima vez, siga el ejemplo de los japoneses, cuya ceremonia formal del té puede durar cuatro horas. Antes de tomar un trago, los participantes levantan sus cuencos en homenaje a todos los factores que han contribuido a crear ese momento: desde sus antepasados hasta los agricultores que cultivaron el té y los ancianos que les enseñaron a prepararlo. Prueba esta rutina enmendada: Concéntrate en la bebida que tienes delante. Fíjate en el olor y disfruta del sabor. Descubrirás que es un maravilloso ejercicio diario de atención plena.
3. Escribe una «lista de ignorados»
La mayoría de la gente tiene una lista de tareas pendientes, pero para tener éxito en el mundo actual, propenso a las distracciones, también hay que preguntarse: ¿Qué no merece la pena hacer? Anote lo que está dispuesto a ignorar: correos electrónicos que no tiene intención de responder, pasar la aspiradora, el sentimiento de culpa por no pasar la aspiradora. Revisa la lista de vez en cuando para asegurarte de que nada de lo que aparece en ella está recibiendo tu inmerecida atención.
4. Desconecte la mente durante unos minutos
Un lanzador de grandes ligas me dijo una vez que le gustaría cortarse la cabeza y dejar que su cuerpo jugara. Incluso los mejores atletas se desmoronan cuando ceden a su diálogo interno sobre lo que tienen que hacer en el campo o en la cancha, sobre todo porque gran parte de lo que pasa por sus mentes puede ser negativo. Para ayudarte a calmarte, tienes que acallar tus propios pensamientos internos. No tiene por qué ser un proceso complicado: Escuche música, juegue a las cartas o relájese frente al televisor. Pregunta a cualquier jugador que haya tenido un buen partido qué pasaba por su cabeza y te dirá: «Absolutamente nada».
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